Personas que malviven en una situación de insalubridad y que no sólo comparten piso, sino que duermen en la misma cama, la cual alquilan por horas. Son los damnificados por las llamadas camas calientes . En el mismo lecho cohabitan varias personas. Mientras una parte de los inquilinos trabaja por la noche, los otros lo hacen durante el día. Así, los albañiles, los asistentes de ancianos o los fruteros duermen por la noche, los vigilantes jurados, porteros de discotecas o los descargadores de mercados lo hacen durante el día. Así se consigue el doble de rendimiento a un solo catre.
Son cosas de la codicia humana, tan reales como que ocurren en los barrios de Vitoria, según detallan los responsables de SOS Racismo en la capital alavesa. Lógicamente, el estado emocional de estas personas no es el mejor. Comparten la habitación con bastantes más compañeros, se meten en la cama que el otro acaba de abandonar y, en casos extremos, pueden incluso dormir en el salón o en el pasillo. Y así día tras día sin perspectivas de mejora. Es una vida macabra.
Problemas en las comunidades Además de la propia salud de los afectados por esta situación, otros que también viven de cerca los efectos de estas casas son los vecinos de las comunidades, ya que no es lo mismo tener al lado a una familia de cuatro miembros que un piso de 12 ó 15 personas, cada una con su horario.
Todos son involuntarios actores de una situación dramática, inabordable por una ciudad en solitario. Todos topan con un mismo muro, muy difícil de sortear ya que está ligado a la pobreza extrema. Simplemente, el problema se traslada geográficamente sin que se puedan paliar los efectos.
Publicado en el diario Noticias de Álava
Autor: I. Landa
1 comentario:
STOP DESAUCIOSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS I DACION EN PAGOOOOOO !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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