Moszi Abdala mira con sus ojos azul cielo despigmentados. Observa el día radiante. Siente en su piel sin melanina el sol. Es fuego. Tiene manchas oscuras por toda su nívea epidermis. El 29 de marzo llegó a Tenerife en una patera y, al día siguiente, era noticia de portada. Su historia dio la vuelta al mundo. Un negro albino pedía asilo por temor a morir, porque su cuerpo es cotizado para rituales de brujería.
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/08/02/espana/1249184998.html
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