En Médicos Sin Fronteras no sólo trabajan sanitarios. Junto a ellos hay un equipo de administrativos e ingenieros encargados de su logística. El cántabro Jairo González es uno de ellos desde hace más de cuatro años. En este tiempo ha conocido Somalia, Angola, Zambia, Liberia, Sudán... Y todas las guerras y enfermedades que arrasan esos países. Ha fijado en Nairobi su residencia, desde donde se desplaza con la Unidad de Emergencias a donde haga falta. Recién llegado de enfrentarse a una epidemia de meningitis en Nigeria, Jairo pasa unos días con su familia en Santander.
- Aquí en España no nos hemos enterado de lo que ocurre en Nigeria...
-Pues mueren 500 personas a la semana por culpa de una epidemia de meningitis. Bruselas sólo envió 100.000 vacunas y nosotros llegamos con otras 750.000. Estuvimos atendiendo a 40.000 personas al día. Ha sido la epidemia más mortifera de la última década.
-Y aquí preocupados por la gripe porcina...
-Sí, han saltado todas las alarmas y lo de Nigeria no ha salido en ningún informativo. Es una injusticia terrible, porque el dónde se nace marca toda la vida. Es un tópico, pero aquí los niños tienen de todo y los del Congo crecen con la guerra en cada esquina.
-Desde fuera parece que no existe voluntad de solucionar el problema de África.
-Acabas de cometer el primer error. No se puede hablar de África en general. No existe un único problema africano. Un somalí se parece a un keniano lo mismo que un español a un ruso. Cada país es una realidad distinta con problemas diferentes. Muchas naciones han sido pobres siempre y, en el otro extremo, por ejemplo, está Zimbaue, un país muy rico que está colapsado por la mala gestión de los gobernantes.
-¿Pero existe voluntad real de solucionar cada uno de esos problemas?
-No. En todas las guerras del continente se usan armas vendidas por Europa y EE UU. Somalia está llena de minas antipersona españolas. Es un negocio para los países ricos.
-Muchos optan por salir, aún a riesgo de perder su vida en una patera.
-Pero los entiendo. Hasta el más pobre tiene ilusiones, aunque sólo sea comprarse una bicicleta.
-Cuando llegan, muchos se decepcionan porque no es lo que esperaban.
-Se está trabajando mucho para concienciar a la gente de que Europa no es el paraíso. Tengo un compañero del Congo que es administrativo, con carrera universitaria, y durante dos años en España sólo pudo conseguir trabajo de granjero. Ahora ha vuelto a su país.
-¿Existe un camino para una solución a medio o largo plazo?
-La África actual es sólo la herencia que dejaron los colonizadores. Nuestro legado es la corrupción política, y eso sólo se combate con un apoyo real y decidido a la educación. Pero claro, si un niño tiene que andar varios kilómetros al día para llevar agua a su casa, no puede ir al colegio.
Publicado en El Diario Montañés (Santander)
Autor: Gonzalo Sellers
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