Mismo drama, diferentes rostros. El reciente naufragio en la costa de Libia de una embarcación con alrededor de 250 emigrantes vuelve a teñir de sangre las aguas del Mediterráneo. Solo en lo que vamos de año, y teniendo en cuenta cifras de
la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), al menos 2.500 personas se han ahogado o han desaparecido mientras intentaban cruzar hacia Italia, Malta o Grecia. De igual modo, alrededor de 130.000 inmigrantes ilegales
han llegado a las costas europeas (118.000, solo en Italia) en los
últimos nueve meses, más del doble de los 60.000 registrados en 2013. Para analizar estos números, basta una perspectiva
histórica. En 2011, por ejemplo, 58.000 inmigrantes irregulares y
refugiados cruzaron el Mar Mediterráneo. Entonces, al menos 1.500
personas se ahogaron o desaparecieron en su odisea. El sangriento número
contrastaba con el anterior récord, que databa de 2007, cuando 630
personas perecieron.
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