El petrolero MV Salamis, con 102 inmigrantes clandestinos, al que
Malta negó el acceso a sus aguas territoriales contra el criterio de la
Unión Europea, llegó ayer a Sicilia, según un responsable de la
Organización Internacional para las Migraciones (OIM), gracias a las
negociaciones entre los Gobiernos italiano, maltés y griego. El acuerdo
fue posible porque las autoridades italianas aceptaron finalmente acoger
a estos inmigrantes.
"El buque cisterna está enfrente de Siracusa (localidad situada al sudeste de Sicilia), pero no puede entrar en el puerto por su tamaño y el traslado de inmigrantes se efectúa por pequeños grupos que debería acabar a primeras horas de la tarde (de ayer)", indicó Flavio Di Giacomo, portavoz de la OIM en Italia. "Entre los 102 inmigrantes hay 20 mujeres, cuatro embarazadas y un recién nacido, y todos gozan de buena salud". agregó Di Giacomo. "La mayoría de inmigrantes son de nacionalidad eritrea y sudanesa", precisó. Al no permitir el Gobierno maltés que el buque penetrara en sus aguas territoriales, el MV Salamis siguió frente a Malta hasta que Italia aceptó a sus inmigrantes. "Esto ocurrió gracias a los contactos diplomáticos entre los Gobiernos italiano, maltés y griego", insistió Malta. El MV Salamis echó el ancla a 24 millas marinas de Malta, fuera de sus aguas territoriales pero bloqueado por tres lanchas maltesas.
La Comisión Europea celebró la decisión de las autoridades italianas. La comisaria europea de Asuntos Interiores, Cecilia Malmström, había insistido a Malta que aceptara el barco porque "devolverlo a Libia sería contrario a la ley internacional". Luego agradeció a Italia la decisión de acoger a estos emigrantes. Pero agregó en otro comunicado que "todos los veintiocho miembros de la Unión Europea deberían aportar su ayuda y no siempre los mismos".
Por su parte, el primer ministro maltés, Joseph Muscat, agradeció a su homólogo italiano, Enrico Letta, su actitud durante la crisis, asegurando que la consecuencia de esta conducta sería la intensificación de sus relaciones personales. El titular de Interior, Manuel Mallia, había invocado "una cuestión de principio" al estimar que la posición de Malta era jurídicamente correcta. Malta ya había reprochado seriamente al comandante del buque –de pabellón liberiano– no haber retornado a Libia para desembarcar allí a los emigrantes, ya que era la costa más cercana del barco en el momento en que estos fueron recogidos.
Los 102 inmigrantes, que se encontraban en una barca neumática en la que entraba agua, fueron socorridos por el MV Salamis el domingo a 45 millas marinas, (83 kilómetros) de Libia y a 140 millas (259 kilómetros) de Malta. La misión de este barco era transportar un cargamento de petróleo a Malta. Paralelamente, otro grupo de 86 inmigrantes –hombres, mujeres y niños, algunos muy deshidratados– que se hallaban en otra lancha que también perdía agua fue socorrido por la Marina maltesa, a seis millas marinas de la costa del archipiélago. Gracias a un mar muy en calma, estos días se intensifican las travesías de numerosos grupos de inmigrantes procedentes de África en dirección a Malta e Italia.
Publicado en el diario La Vanguardia
"El buque cisterna está enfrente de Siracusa (localidad situada al sudeste de Sicilia), pero no puede entrar en el puerto por su tamaño y el traslado de inmigrantes se efectúa por pequeños grupos que debería acabar a primeras horas de la tarde (de ayer)", indicó Flavio Di Giacomo, portavoz de la OIM en Italia. "Entre los 102 inmigrantes hay 20 mujeres, cuatro embarazadas y un recién nacido, y todos gozan de buena salud". agregó Di Giacomo. "La mayoría de inmigrantes son de nacionalidad eritrea y sudanesa", precisó. Al no permitir el Gobierno maltés que el buque penetrara en sus aguas territoriales, el MV Salamis siguió frente a Malta hasta que Italia aceptó a sus inmigrantes. "Esto ocurrió gracias a los contactos diplomáticos entre los Gobiernos italiano, maltés y griego", insistió Malta. El MV Salamis echó el ancla a 24 millas marinas de Malta, fuera de sus aguas territoriales pero bloqueado por tres lanchas maltesas.
La Comisión Europea celebró la decisión de las autoridades italianas. La comisaria europea de Asuntos Interiores, Cecilia Malmström, había insistido a Malta que aceptara el barco porque "devolverlo a Libia sería contrario a la ley internacional". Luego agradeció a Italia la decisión de acoger a estos emigrantes. Pero agregó en otro comunicado que "todos los veintiocho miembros de la Unión Europea deberían aportar su ayuda y no siempre los mismos".
Por su parte, el primer ministro maltés, Joseph Muscat, agradeció a su homólogo italiano, Enrico Letta, su actitud durante la crisis, asegurando que la consecuencia de esta conducta sería la intensificación de sus relaciones personales. El titular de Interior, Manuel Mallia, había invocado "una cuestión de principio" al estimar que la posición de Malta era jurídicamente correcta. Malta ya había reprochado seriamente al comandante del buque –de pabellón liberiano– no haber retornado a Libia para desembarcar allí a los emigrantes, ya que era la costa más cercana del barco en el momento en que estos fueron recogidos.
Los 102 inmigrantes, que se encontraban en una barca neumática en la que entraba agua, fueron socorridos por el MV Salamis el domingo a 45 millas marinas, (83 kilómetros) de Libia y a 140 millas (259 kilómetros) de Malta. La misión de este barco era transportar un cargamento de petróleo a Malta. Paralelamente, otro grupo de 86 inmigrantes –hombres, mujeres y niños, algunos muy deshidratados– que se hallaban en otra lancha que también perdía agua fue socorrido por la Marina maltesa, a seis millas marinas de la costa del archipiélago. Gracias a un mar muy en calma, estos días se intensifican las travesías de numerosos grupos de inmigrantes procedentes de África en dirección a Malta e Italia.
Publicado en el diario La Vanguardia
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