El viernes 10 de enero, el camerunés Jean-Claude Roger Mbede, de 34
años, murió solo, despreciado por su familia y vecinos, perseguido por
la justicia y tras una dolorosa enfermedad. Pasó más de un año en
prisión por el delito de ser homosexual, que en Camerún, como en otros
países africanos, está castigado con penas de hasta cinco años de
cárcel. Encerrado en una prisión de Yaundé, sufrió malos tratos y
humillaciones constantes hasta que se decretó su libertad provisional.
Desde entonces había vivido en semiclandestinidad y se había convertido
en símbolo de la lucha de los homosexuales en su país. Al parecer, murió
por las complicaciones derivadas de una hernia, pero en realidad murió
de intolerancia.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/01/15/actualidad/1389825425_330332.html
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