Dice un proverbio africano que “mucha gente pequeña, en lugares
pequeños, haciendo pequeñas cosas, puede cambiar el mundo”. Con ese
espíritu nació hace apenas dos años la ONG Miryam de Anavim,
una entidad sin ánimo de lucro tinerfeña que, desde la ética de la
solidaridad, lucha por erradicar la pobreza que perpetúa el hambre. La
idea, como explica su presidente, José Manuel Gironés,
surge a mediados de 2010, “cuando empezamos a darnos cuenta de la
gravedad de la situación del país, y lo que estaba suponiendo para
muchos proyectos de otras organizaciones no gubernamentales, por
ejemplo, aquellas que tratan de actuar contra el hambre en el Tercer Mundo”. Así, se pusieron en contacto con el biólogo tinerfeño Javier Quevedo, profesor en la Universidad Católica de Chile y experto en acuicultura, una persona con amplia experiencia en cooperación y ayuda al desarrollo.
http://www.diariodeavisos.com/ayuda-entiende-fronteras/
http://www.diariodeavisos.com/ayuda-entiende-fronteras/
No hay comentarios:
Publicar un comentario