Sudán del Sur, el primer estado africano del siglo XXI, que nacerá oficialmente el próximo 9 de julio, tiene entre sus múltiples retos uno muy importante: acoger e integrar a los numerosos refugiados que volverán o que ya han regresado al (nuevo) país, en especial a los niños. La cantidad total de desplazados se estima en un millón y medio, del que aún sólo han vuelto 150.000. El 41% de todos esos refugiados son pequeños.
Muchos de ellos tienen un traumático pasado como niños soldado, no hablan inglés (uno de los idiomas oficiales del flamante estado) y no conocen la región, después de pasar años o incluso su vida entera en países vecinos, como Kenia, Uganda o la República Democrática del Congo. “Garantizar el acceso a la educación de estos niños es clave para que el nuevo país tenga un futuro”, explica Concha López, directora general de PLAN en España. Su organización desarrolla desde septiembre de 2010 un programa de formación profesional para jóvenes que quieran aprender un oficio.
Sudán del Sur no tiene las suficientes plazas educativas. Además las clases se imparten en inglés, y buena parte de los niños provienen del Norte, donde se habla árabe. PLAN ha creado unos ‘espacio de seguridad para los niños’ donde los pequeños, atendidos por especialistas y voluntarios, pueden jugar y estudiar mientras se reubica a sus familias.
Desde que comenzó el conflicto con Sudán del Norte en 1955 más de 20.000 niños soldados han luchado en él.
Publicado en el diario El Mundo
Foto: Khaled El Fiqi
Muchos de ellos tienen un traumático pasado como niños soldado, no hablan inglés (uno de los idiomas oficiales del flamante estado) y no conocen la región, después de pasar años o incluso su vida entera en países vecinos, como Kenia, Uganda o la República Democrática del Congo. “Garantizar el acceso a la educación de estos niños es clave para que el nuevo país tenga un futuro”, explica Concha López, directora general de PLAN en España. Su organización desarrolla desde septiembre de 2010 un programa de formación profesional para jóvenes que quieran aprender un oficio.
Sudán del Sur no tiene las suficientes plazas educativas. Además las clases se imparten en inglés, y buena parte de los niños provienen del Norte, donde se habla árabe. PLAN ha creado unos ‘espacio de seguridad para los niños’ donde los pequeños, atendidos por especialistas y voluntarios, pueden jugar y estudiar mientras se reubica a sus familias.
Desde que comenzó el conflicto con Sudán del Norte en 1955 más de 20.000 niños soldados han luchado en él.
Publicado en el diario El Mundo
Foto: Khaled El Fiqi
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