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martes, 8 de febrero de 2011

Algo está pasando en Dakar y no es un rally


La ciudad de Dakar es la capital de Senegal, nuevo país surgido en 1960 tras la descolonización francesa. La cuidad está situada en la península de Cabo Verde, en la costa atlántica de África, y es el núcleo de una populosa área metropolitana de cerca de 3.000.000 de habitantes.

Aunque la emergencia contemporánea del Estado senegalés es muy reciente, la relevancia de esta parte del continente africano es internacional desde el siglo XVI, debido a un motivo tan habitual en la época, como execrable, que perduró hasta el siglo XIX: durante más de 300 años, en su territorio estuvo el mayor centro mundial de tráfico de esclavos. Por la isla de Gorée, “uno de los lugares que mayor sufrimiento han ocasionado a la humanidad” –situada a tres kilómetros, frente a la costa de Dakar– se calcula que pasaron más de 20 millones de hombres, mujeres y niños, que, tras ser secuestrados de sus aldeas y esclavizados, eran reunidos, encarcelados y torturados en el Fuerte de Estrées, sometidos a subasta y enviados en barcos, en condiciones inmisericordes, hacia América.

Esta ignominiosa sangría étnica -justificada social, económica y religiosamente, tanto por los “cazadores” aborígenes y foráneos, como por los comerciantes y los propietarios finales, súbditos todos ellos, de las Monarquías más poderosas de Occidente- fue la que hizo posible la explotación de los nuevos territorios de ultramar de la España y Portugal imperiales.

Asimismo, con posterioridad, constituyó el primer vector (a menudo ocultado) de los tres que implementaron la Revolución Industrial y la hegemonía internacional del imperio inglés. La producción (abundante y barata) de algodón en América del Norte y la confección (mecanizada “a presión de vapor”) de los paños en Inglaterra, fueron los otros dos polos del circuito intercontinental de un novedoso sistema de enriquecimiento mercantil: el Capitalismo, basado, desde sus orígenes, en el empleo de mano de obra en condiciones indignas y miserables, en la producción extensiva de materia prima agrícola y en la manufactura industrial intensiva de mercancías.

En tiempos ya recientes, Dakar volvió a tomar relevancia internacional, esta vez –afortunadamente- por motivos baladís, a causa de la competición del “Rally Dakar”, la cual, debido a amenazas terroristas, fue suspendida en 2008 y ya no se realiza. Y hoy mismo, esta ciudad vuelve a estar en los noticieros del mundo, pues es nada menos que la sede de un evento de relevancia global, el Foro Social Mundial (FSM) en su 10ª edición, que vuelve a realizarse en África, el continente más pobre del planeta, donde la mayoría de los casi 1.000 millones de habitantes viven con menos de un dólar al día.

El primer FSM se celebró en Porto Alegre (Brasil), en enero del 2001, como respuesta alternativa del movimiento antiglobalización al Foro Económico Mundial (FEM) de Davos, sintonizando rápidamente con el emergente movimiento altermundista. Sus sucesivas ediciones han llegado a ser los referentes principales del altermundismo global. En la actualidad, el Foro Social Mundial aunque ha ido perdiendo relevancia, sigue siendo el mejor foro global para multitud de organizaciones y movimientos sociales comprometidas -desde múltiples orientaciones-, con un mundo alternativo, solidario y sostenible. Dada la ausencia de otros referentes, la inmersión la comunidad internacional en una crisis sistémica y la inaplazable necesidad de conseguir un engarce glocal (de lo local y lo global) en las reivindicaciones, los enfrentamientos y las alternativas al Capitalismo Neoliberal, es aún lo mejor que tenemos.

Este evento tiene lugar en Dakar en un ambiente de expectación por los recientes sucesos en el norte de África y con unas magnitudes de participación y propuestas impresionantes: los organizadores estiman en 50.000 los y las participantes en este Foro Social Mundial de 2011; 123 países están representados (de ellos, 45 de África, 29 de Europa y 22 de América Latina y El Caribe); el programa incluye casi 1.000 talleres y actividades auto-organizadas, estructuradas en 11 ejes temáticos de referencia, y a cargo de 1.205 organizaciones de los cinco continentes. Y aunque esta asistencia representa alrededor de la mitad de la edición anterior, en Belém de Pará, Brasil, en enero 2009, Senegal tiene una población de apenas 14 millones de habitantes, 13 veces menor que la de Brasil.

En la marcha inaugural del domingo pasado, decenas de miles de personas reclamaron "un mundo sin violencia, más justo y equitativo”. Y en estos días, están volviendo a crear la ocasión para que “El Foro Social Mundial (sea) un espacio abierto de encuentro para: (…) realizar un debate democrático de ideas (…) y articular acciones eficaces por parte de las entidades y los movimientos de la sociedad civil que se opongan al neoliberalismo y al dominio del mundo por el capital o por cualquier forma de imperialismo (…), empeñados en la construcción de una sociedad planetaria orientada hacia una relación fecunda entre los seres humanos y de estos con la Tierra. [Artículo 1 de la Carta de Principios]. Ojalá que sí, ojalá que estemos más cerca de realizar ese tan necesario “otro mundo es posible”, tras ese algo que está pasando, muy cerca de aquí, en la ciudad de Dakar.

http://bienvenidosapantopia.blogspot.com/







Por Xavier Aparici Gisbert (filósofo y secretario de Redes Ciudadanas de Solidaridad).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Coincido con el administrador del Blog en que el artículo (publicado el 8-2-2011 en http://www.teldeactualidad.com ) resulta de lo más interesante que hemos leído en años, siempre a juicio propio.

Resulta realmente complejo determinar la responsabilidad de la inhumana masacre y esclavitud a la que es sometida hoy el tercer mundo con la necesaria "complicidad" del primero.

En mi reiterada reflexión solo llego a alcanzar el irresoluble dilema:

1.- O son nombres concretos y círculos elitistas, perfectamente extirpables los que dirigen al mundo desde su propio interés y codicia, ó...

2.- ... a modo de red neuronal retroalimentada por la propia condición humana el sistema se autoconfigura como irrecuperable, y la extirpación resulta del todo inútil pues todos los nodos de la susodicha red disponen de mecanismos inmediatos para asumir el control. Ciertamente triste, esta última opción (a juicio propio).

No sé si he logrado explicarme.

Lástima que esta iniciativa (FMS) cuente ¿"aún"? con tan escasa cobertura, bueno, más que una lástima, deberíamos entenderlo como una triste consecuencia de la ya sangrante manipulación mediática.

Fdo.Quemasda