El día de Nochebuena, el centro de acogida de inmigrantes de la isla
de Lampedusa se quedó vacío. El Gobierno ordenó el traslado de sus 200
habitantes a un centro de Palermo (Sicilia) para desactivar las ola
denuncias y protestas por las condiciones en las vivían y eran tratados,
sobre todo tras la difusión del vídeo que mostraba como un grupo de
recién llegados eran puestos en fila desnudos en medio de un intenso
frío para ser desinfectados de la sarna. El fin de semana un grupo de magrebíes se cosieran la boca en
protestas por su detención en Ponte Galeria, donde está ubicado uno de
los trece centro de identificación y expulsión (CIE), y el diputado de
izquierdas Jalid Chauki, de origen marroquí, se encerró en el centro de
Lampedusa y afirmó que se quedaría allí hasta que se trasladara al
último acogido. «Encontré lo que me temía: un lugar indigno», declaró Chauki al
denunciar las condiciones infrahumanas en las que son obligados a vivir
esas personas, muchos desde hace meses, en habitaciones con goteras y
sin los mínimos servicios higiénicos.
El acto desesperado de nueve inmigrantes magrebíes que se cosieron la boca reavivó el debate sobre el tratamiento dado a los simpapeles en la península. En el CIE de Ponte Galeria, cerca del aeropuerto romano de Fiumicino, cuatro tunecinos liderados por un imán se cosieron la boca, el sábado por la noche, y fueron imitados por cinco marroquíes. Los detenidos rechazaron que les quitasen los hilos que unen sus labios, pero que no les impiden ingerir bebidas. Simultáneamente, mantienen una huelga de hambre. En 2002, el Gobierno de Berlusconi promulgó una ley que determina las cuotas anuales de inmigrantes que puede recibir Italia. En el 2008, de acuerdo a esta, se crearon los CIE, en los cuales los inmigrantes pueden pasar detenidos hasta 18 meses en pésimas condiciones, mientras sus países de origen proceden a identificarlos o realizan otras verificaciones.
Publicado en el diario La Voz de Galicia
El acto desesperado de nueve inmigrantes magrebíes que se cosieron la boca reavivó el debate sobre el tratamiento dado a los simpapeles en la península. En el CIE de Ponte Galeria, cerca del aeropuerto romano de Fiumicino, cuatro tunecinos liderados por un imán se cosieron la boca, el sábado por la noche, y fueron imitados por cinco marroquíes. Los detenidos rechazaron que les quitasen los hilos que unen sus labios, pero que no les impiden ingerir bebidas. Simultáneamente, mantienen una huelga de hambre. En 2002, el Gobierno de Berlusconi promulgó una ley que determina las cuotas anuales de inmigrantes que puede recibir Italia. En el 2008, de acuerdo a esta, se crearon los CIE, en los cuales los inmigrantes pueden pasar detenidos hasta 18 meses en pésimas condiciones, mientras sus países de origen proceden a identificarlos o realizan otras verificaciones.
Publicado en el diario La Voz de Galicia
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