Un monje tibetano de 18 años se inmoló en la prefectura de Aba (al oeste de China), una semana después de que otros dos religiosos budistas hicieran lo mismo en la misma zona, informó hoy un grupo de apoyo al independentismo del Tíbet. Nangdrol se quemó en las afueras de su monasterio, tras gritar lemas a favor de la independencia del Tíbet y en apoyo al Dalai Lama, afirmó la organización International Campaign for Tibet, con sede en Washington.
Según el comunicado del grupo, la policía intentó reclamar el cuerpo de Nangdrol tras el suceso, pero los monjes y más de mil personas que se concentraron en el lugar se negaron a entregarlo, una situación que se ha producido en inmolaciones anteriores. Con Nangdrol son ya cerca de una treintena los monjes tibetanos o personas que en apoyo de éstos se han inmolado en 2011 y 2012, muchos de ellos en Aba, una zona limítrofe entre las regiones dominadas por la etnia tibetana y las habitadas por los han, mayoría étnica de China.
Muchos de los que se inmolan son monjes de Kirti, uno de los monasterios más sagrados de la región, donde desde 2011 hay fuertes tensiones entre los acólitos y las autoridades, que han llegado a sitiar el recinto para que nadie saliera de él o han enviado a los bonzos a campos de reeducación, según grupos de derechos humanos. El Gobierno chino acusa a grupos independentistas exteriores de fomentar estas inmolaciones, aunque el entorno del Dalai Lama ha pedido que se detengan y que cualquier acto de protesta sea pacífico y en línea con las leyes de China.
Las tensiones se están recrudeciendo a medida que se aproxima el mes de marzo, un mes de frecuentes protestas en el Tíbet y zonas pobladas por tibetanos, pues se conmemora el aniversario de la fallida rebelión que culminó con la huida del Dalai Lama al exilio, en 1959.
China asegura que el Tíbet es desde hace siglos parte inseparable de su territorio, mientras que los tibetanos argumentan que la región fue durante mucho tiempo virtualmente independiente hasta que fue ocupada por las tropas comunistas en 1951, si bien Pekín considera ese hecho una "liberación" de la "teocracia".
La semana pasada la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) denunció que cientos de tibetanos residentes en China que viajaron recientemente a la India para asistir a unos cursos de formación dirigidos por su líder espiritual, el Dalai Lama, fueron detenidos a su regreso al Tíbet y sometidos a "reeducación". Para HRW, la detención masiva es la mayor que las autoridades chinas llevan a cabo en más de 30 años contra tibetanos seglares.
También recientemente, organizaciones de apoyo a la causa tibetana en el exterior denunciaron la detención de un escritor de 33 años, Gangkye Drubpa Kyab, como parte de la campaña de represión para evitar un recrudecimiento de las protestas. En 2008, una veintena de personas murieron en revueltas que tuvieron lugar en Lhasa, la capital regional tibetana, en las peores protestas ocurridas en la zona en las dos últimas décadas. China no permite el acceso de periodistas extranjeros al Tíbet -salvo en viajes organizados por las autoridades- y en épocas sensibles como la actual limita o incluso detiene la entrada de turistas de otros países en la región.
Fuente: EFE
Según el comunicado del grupo, la policía intentó reclamar el cuerpo de Nangdrol tras el suceso, pero los monjes y más de mil personas que se concentraron en el lugar se negaron a entregarlo, una situación que se ha producido en inmolaciones anteriores. Con Nangdrol son ya cerca de una treintena los monjes tibetanos o personas que en apoyo de éstos se han inmolado en 2011 y 2012, muchos de ellos en Aba, una zona limítrofe entre las regiones dominadas por la etnia tibetana y las habitadas por los han, mayoría étnica de China.
Muchos de los que se inmolan son monjes de Kirti, uno de los monasterios más sagrados de la región, donde desde 2011 hay fuertes tensiones entre los acólitos y las autoridades, que han llegado a sitiar el recinto para que nadie saliera de él o han enviado a los bonzos a campos de reeducación, según grupos de derechos humanos. El Gobierno chino acusa a grupos independentistas exteriores de fomentar estas inmolaciones, aunque el entorno del Dalai Lama ha pedido que se detengan y que cualquier acto de protesta sea pacífico y en línea con las leyes de China.
Las tensiones se están recrudeciendo a medida que se aproxima el mes de marzo, un mes de frecuentes protestas en el Tíbet y zonas pobladas por tibetanos, pues se conmemora el aniversario de la fallida rebelión que culminó con la huida del Dalai Lama al exilio, en 1959.
China asegura que el Tíbet es desde hace siglos parte inseparable de su territorio, mientras que los tibetanos argumentan que la región fue durante mucho tiempo virtualmente independiente hasta que fue ocupada por las tropas comunistas en 1951, si bien Pekín considera ese hecho una "liberación" de la "teocracia".
La semana pasada la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) denunció que cientos de tibetanos residentes en China que viajaron recientemente a la India para asistir a unos cursos de formación dirigidos por su líder espiritual, el Dalai Lama, fueron detenidos a su regreso al Tíbet y sometidos a "reeducación". Para HRW, la detención masiva es la mayor que las autoridades chinas llevan a cabo en más de 30 años contra tibetanos seglares.
También recientemente, organizaciones de apoyo a la causa tibetana en el exterior denunciaron la detención de un escritor de 33 años, Gangkye Drubpa Kyab, como parte de la campaña de represión para evitar un recrudecimiento de las protestas. En 2008, una veintena de personas murieron en revueltas que tuvieron lugar en Lhasa, la capital regional tibetana, en las peores protestas ocurridas en la zona en las dos últimas décadas. China no permite el acceso de periodistas extranjeros al Tíbet -salvo en viajes organizados por las autoridades- y en épocas sensibles como la actual limita o incluso detiene la entrada de turistas de otros países en la región.
Fuente: EFE
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