"Señores clientes: la hora de dejar la habitación son las 12 de la mañana". Así decía el cartel de un hotel clandestino de Carabanchel, localizado por la Policía Municipal de Madrid la semana pasada. Aunque más que un hotel es un piso, donde se alojaban chinos para dormir en camas, literas o incluso en butacas y sillas. La investigación comenzó a raíz de varios anuncios que había en la calle y algunos medios de comunicación y del trasiego de personas que se detectó en el piso, en una de las calles principales del distrito.
Los propios vecinos del edificio no sospechaban nada, ya que los clientes y los propietarios de la casa, siempre de origen chino, eran muy discretos. En cambio, en los comercios cercanos de su calle sí lo habían notado. "Aquí venían todos los días varios chinos con maletas", resumía ayer el empleado de un taller que hay frente al edificio donde estaba el hotel. "Se notaba mucho que aquí entraba gente que era de fuera, todos los días entraban y salían varias personas", recordaba el mecánico.
Los agentes estuvieron vigilando durante varios días la salida y la entrada de personas en el inmueble, hasta conocer cómo funcionaba este peculiar hostal. El sábado pasado culminó la operación policial para desmantelar este piso, que, sin embargo, ayer seguía ocupado, aunque ya sin actividad hotelera, porque al ser una vivienda no se puede clausurar de buenas a primeras.
Publicado en el diario El Mundo
Autor: Pablo Herraiz
Los propios vecinos del edificio no sospechaban nada, ya que los clientes y los propietarios de la casa, siempre de origen chino, eran muy discretos. En cambio, en los comercios cercanos de su calle sí lo habían notado. "Aquí venían todos los días varios chinos con maletas", resumía ayer el empleado de un taller que hay frente al edificio donde estaba el hotel. "Se notaba mucho que aquí entraba gente que era de fuera, todos los días entraban y salían varias personas", recordaba el mecánico.
Los agentes estuvieron vigilando durante varios días la salida y la entrada de personas en el inmueble, hasta conocer cómo funcionaba este peculiar hostal. El sábado pasado culminó la operación policial para desmantelar este piso, que, sin embargo, ayer seguía ocupado, aunque ya sin actividad hotelera, porque al ser una vivienda no se puede clausurar de buenas a primeras.
Publicado en el diario El Mundo
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