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jueves, 23 de febrero de 2012

"La violencia sumada a la falta de alimentos son un cóctel explosivo"

"En esta crisis anunciada hay una diferencia muy importante respecto a las de 2010 y 2005: el clima de inestabilidad política y social y la presencia de grupos armados es un factor agravante que, sumado a los climatológicos y los económicos, hacen temer lo peor para la primavera", ha asegurado, en un encuentro con medios de comunicación, el Director General de Acción contra el Hambre, Olivier Longué. 

"Violencia y falta de alimentos son un cóctel explosivo. No olvidemos que el fin del conflicto libio ha dejado a muchos subsaharianos armados en la región y hagamos también memoria histórica: no es una casualidad que las dos rebeliones tuaregs de los últimos años se hayan producido justo después de sendas sequías (1973 y 1986)", sugirió Longué. En el caso de Mali los enfrentamientos entre los tuaregs y el ejército no solo dificultarán el acceso de la ayuda humanitaria en un periodo crítico para la región. También afectarán al movimiento de alimentos entre los mercados locales. De momento, más de 75.000 personas han dejado ya sus hogares huyendo de la violencia en el norte del país.

Por su parte, el Responsable Geográfico para África de Acción contra el Hambre: Rafael de Prado, explicaba a los periodistas que "en estos momentos estamos, según los criterios internacionales, en una fase 3, o de crisis alimentaria aguda. Algunas poblaciones, precisamente en las zonas afectadas por la rebelión tuareg del norte de Malí o por los últimos episodios de violencia en Nigeria, pueden entrar muy pronto oficialmente en fase 4, de emergencia humanitaria si la situación de desplazados y refugiados continúa agravándose". La fase posterior, la 5, sería la de hambruna; es decir, gran parte de la población muy por debajo de 2.100 kcal por persona al día, más de 2 muertes diarias por cada 10.000 habitantes, menos de 4 litros diarios de agua por persona, más del 30% de población en desnutrición aguda.

"Nuestra crisis – explicó Longué – también afectará al Sahel: las remesas que llegan a África subsahariana han disminuido drásticamente, la paridad del franco CFA con el euro hace a estos países más vulnerables a la debilidad de la moneda europea (el mercado internacional de alimentos y combustibles cotiza en dólares) y los recortes de la ayuda española y su reorientación hacia América castigarían duramente a los países más amenazados por el hambre". Longue ha concluido advirtiendo que "esto último sería una pena porque la cooperación española en la zona de Sahel está entre las más modernas y profesionales y es un valor añadido para la política exterior española".

Publicado en ElMundo.es
Foto: Erena Calvo

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