Los niños estaban simplemente haciendo lo que resultaba algo natural
para ellos después de encontrar aquel cachivache en la carretera: jugar con él. Fue esa innata curiosidad infantil la que destrozó para siempre el mundo de Shabir Ahmad y de sus tres compañeros de clase. Los tres niños eran del pueblo de Soothipora Gund, en la Cachemira
india. Y todos murieron, entre ellos el hermano de nueve años de Ashfaq
Shabir, al estallarles ese juguete que resultó ser un explosivo abandonado por el ejército.
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/05/07/solidaridad/1336376256.html
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