El 22 de julio de 2009, Sarsak viajaba hacia el campamento de refugiados de Balata, en Cisjordania. Iba a jugar con la selección nacional de Palestina, reconocida oficialmente por la FIFA. Allí fue detenido por el ejército de Israel. Tras un mes incomunicado, se le aplicó la 'Ley de Combatientes Ilegales', que permite mantener detenido indefinidamente a sospechosos palestinos aunque no haya un cargo concreto contra ellos. En total, hay 4.400 palestinos en cárceles israelíes. Tras tres años en esta situación, Mahmoud Sarsak decidió declararse en huelga de hambre. Hoy cumple 74 días sin ingerir alimentos. Desde el 16 de abril está en el hospital de la prisión de Ramleh. Su salud cada vez es más precaria. Su estado es grave.
Su padre, Mahmoud Kamel Mohamed Sarsak, ha hecho un llamamiento
internacional para que la comunidad internacional conozca la situación
de su hijo y respalde su causa. "En particular, pedimos a los demás
jugadores de fútbol manifestarse en apoyo de Mahmoudy no permanecer en
silencio", dice el comunicado. "Esto no es juego limpio. El deporte debe mostrar solidaridad", añade. De momento, no ha habido ninguna reacción de futbolistas profesionales.
Para la familia de Sarsak es "especialmente doloroso" ver que
Israel acogerá la Eurocopa Sub21 el año que viene. la organización
británica 'Fútbol sin Fronteras' ha pedido el boicot al campeonato. No es la primera vez que el conflicto entre árabes e israelíes destroza al equipo nacional palestino. En 2009, un bombardeo en Gaza terminó con el fallecimiento de tres jugadores de la selección: Ayman Alkurd, Shadi Sbakhe y Wajeh Moshtaje.
Publicado en el diario Lainformación.com
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