Carlos Sáenz de Baranda tenía todavía 9 años cuando pensó que su décimo cumpleaños lo celebraría sin regalos: quería que el dinero que iban a destinar sus familiares y amigos a los mismos se donase a una ONG que trabajase con niños. Nadie se lo pidió, salió de él. Al otro lado de la cadena, el primer contacto llegó a través de un email en la bandeja de entrada. La madre de Carlos pensó en Desarrollo y Asistencia (DA) porque tenía allí a una amiga haciendo voluntariado en el programa de actividades de ocio y tiempo libre con personas con discapacidad y comunicó la decisión de su hijo a la ONG por correo electrónico.
Unos días después apareció el chaval en DA con un sobre repleto de 195 euros, posibles regalos que en vez de eso se transformaron en un recuerdo para toda la vida y en lo que quería Carlos, una donación para ayudar a otros niños. "Es aburrido tener regalos", señaló el crío, con una sonrisa. Carlos no es el único que ha sorprendido a la ONG. Carmen Ruiz, una albaceteña de 13 años, comenzó a hacer un donativo anual a Desarrollo y Asistencia por Navidad hace ya tres años. Se las ingenió para elaborar pulseras y recaudar dinero para la ONG. Su abuelo era voluntario de la misma y ella le había escuchado contar muchas anécdotas. "Los primeros años las vendía a los compañeros de mi madre del trabajo o a conocidos. Luego, cuando pasé a la ESO, ya no tenía tiempo, así que les di dinero de mis ahorros", explica Carmen.
También los mayores han dado muestras de generosidad. Un matrimonio en celebración de las Bodas de Oro comunicó a familiares y amigos que quería que todo el dinero que iban a destinar a sus regalos, lo ingresasen en una cuenta corriente, para convertir el total de la cantidad en un donativo. La ONG afiorma que ni Carlos, ni Carmen, ni los protagonistas de las Bodas de Oro se conocen y que sus acciones fueron espontáneas, pero destaca que se trata de "donantes diferentes", que contribuyen a financiar sus programas de voluntariado.
Publicado en ElMundo.es
Unos días después apareció el chaval en DA con un sobre repleto de 195 euros, posibles regalos que en vez de eso se transformaron en un recuerdo para toda la vida y en lo que quería Carlos, una donación para ayudar a otros niños. "Es aburrido tener regalos", señaló el crío, con una sonrisa. Carlos no es el único que ha sorprendido a la ONG. Carmen Ruiz, una albaceteña de 13 años, comenzó a hacer un donativo anual a Desarrollo y Asistencia por Navidad hace ya tres años. Se las ingenió para elaborar pulseras y recaudar dinero para la ONG. Su abuelo era voluntario de la misma y ella le había escuchado contar muchas anécdotas. "Los primeros años las vendía a los compañeros de mi madre del trabajo o a conocidos. Luego, cuando pasé a la ESO, ya no tenía tiempo, así que les di dinero de mis ahorros", explica Carmen.
También los mayores han dado muestras de generosidad. Un matrimonio en celebración de las Bodas de Oro comunicó a familiares y amigos que quería que todo el dinero que iban a destinar a sus regalos, lo ingresasen en una cuenta corriente, para convertir el total de la cantidad en un donativo. La ONG afiorma que ni Carlos, ni Carmen, ni los protagonistas de las Bodas de Oro se conocen y que sus acciones fueron espontáneas, pero destaca que se trata de "donantes diferentes", que contribuyen a financiar sus programas de voluntariado.
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