Médicos sin Fronteras (MSF) alerta de los nuevos casos de cólera que están registrándose en Haití. Son 134 las personas que acudieron a MSF
en Martissant entre el 16 y el 23 de abril, y cerca de 400 en total a
los diferentes CTC de la organización en Puerto Príncipe y Léogane, al
oeste de la capital. Marie ingresó el 16 de abril en el centro de Martissant de la capital
haitiana: "Tenía muchos vómitos y diarrea. Y enseguida perdí el
conocimiento. Un familiar me trajo aquí porque es el centro más cercano a
donde yo vivo. Los médicos me dijeron que tenía cólera y que estaba
deshidratada".
La organización ha tenido que reabrir un centro en Carrefour, al sur de la capital, para que los centros del norte y centro (Martissant, Delmas y Drouillard) no se vean saturados. "El cólera es una enfermedad fácil de tratar, pero es imperativo que los pacientes tengan acceso a centros de tratamiento especializados para que puedan ser ingresados lo antes posible nada más aparezcan los primeros síntomas. Sin tratamiento, la enfermedad puede ser mortal en pocas horas", explica la Dra. Sophie Duterme, coordinadora médica de MSF en Haití. Por ello, MSF pone a disposición de los haitianos 200 camas en la capital, a través de diversas estructuras. Además, cuenta con 45 más en Léogane para el trato exclusivo a los enfermos de cólera.
No obstante, prepara la apertura de nuevos centros ante la posible evolución que tome este brote de la enfermedad. "El tratamiento consiste en una simple rehidratación por vía oral o intravenosa, con una terapia antibiótica para los casos más graves. Pero redoblar las precauciones en materia de higiene y beber agua desinfectada sigue siendo la mejor forma de protección", añade la Dra. Duterme. En octubre de 2010 se identificaron los primeros casos. Desde entonces, son más de 500.000 las personas afectadas, lo que supone un 5% de la población.
La organización ha tratado a 170.000 haitianos. Sin embargo, la enfermedad acabó con la vida de 7.000 personas. En el país, la enfermedad puede campar a sus anchas debido a los insuficientes medios para acceder a letrinas o a agua potable. A todo esto se añade la llegada de la temporada de lluvias que favorece la propagación de la enfermedad y la inundación de los suministros de agua y saneamiento. "Las cloacas de mi barrio se han desbordado y vivimos en medio de la suciedad, sin agua limpia ni jabón", añade Marie. "Sabía que corría el riesgo de contraer el cólera, pero no tenía otra elección". Para poder evitar esta propagación, MSF insta a las autoridades sanitarias locales e internacionales a distribuir agua desinfectada y jabón, y a instalar y mantener letrinas.
Publicado en ElMundo.es
Foto: Yann Libessart
La organización ha tenido que reabrir un centro en Carrefour, al sur de la capital, para que los centros del norte y centro (Martissant, Delmas y Drouillard) no se vean saturados. "El cólera es una enfermedad fácil de tratar, pero es imperativo que los pacientes tengan acceso a centros de tratamiento especializados para que puedan ser ingresados lo antes posible nada más aparezcan los primeros síntomas. Sin tratamiento, la enfermedad puede ser mortal en pocas horas", explica la Dra. Sophie Duterme, coordinadora médica de MSF en Haití. Por ello, MSF pone a disposición de los haitianos 200 camas en la capital, a través de diversas estructuras. Además, cuenta con 45 más en Léogane para el trato exclusivo a los enfermos de cólera.
No obstante, prepara la apertura de nuevos centros ante la posible evolución que tome este brote de la enfermedad. "El tratamiento consiste en una simple rehidratación por vía oral o intravenosa, con una terapia antibiótica para los casos más graves. Pero redoblar las precauciones en materia de higiene y beber agua desinfectada sigue siendo la mejor forma de protección", añade la Dra. Duterme. En octubre de 2010 se identificaron los primeros casos. Desde entonces, son más de 500.000 las personas afectadas, lo que supone un 5% de la población.
La organización ha tratado a 170.000 haitianos. Sin embargo, la enfermedad acabó con la vida de 7.000 personas. En el país, la enfermedad puede campar a sus anchas debido a los insuficientes medios para acceder a letrinas o a agua potable. A todo esto se añade la llegada de la temporada de lluvias que favorece la propagación de la enfermedad y la inundación de los suministros de agua y saneamiento. "Las cloacas de mi barrio se han desbordado y vivimos en medio de la suciedad, sin agua limpia ni jabón", añade Marie. "Sabía que corría el riesgo de contraer el cólera, pero no tenía otra elección". Para poder evitar esta propagación, MSF insta a las autoridades sanitarias locales e internacionales a distribuir agua desinfectada y jabón, y a instalar y mantener letrinas.
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