El perfil del alcohólico es el de una persona que tiene una edad comprendida entre los 30 y 40 años y que, además de a la bebida, padece adicción a otras sustancias como la cocaína o el cannabis. Y a menudo el alcoholico es una mujer. De hecho, aunque el balance de la lucha contra el alcohol en los últimos años sea positivo, una mujer tiene menos apoyo respeto a los hombres cuando padece algún trastorno relacionado con el alcohol.
Eso es lo que ha subrayado la Asociación Libres de Alcohol de Málaga (Alama). De hecho, sin el apoyo de los familiares, sólo un 10% de las mujeres se decide a solicitar ayuda. El restante 90% son varones pero eso "no quiere decir que la población femenina no sea mayor, el problema es que les cuesta mucho trabajo llegar a las asociaciones porque no cuentan con el apoyo familiar como ellos" ha subrayado el presidente de la asociación, Baldomero Villanueva, en declaraciones a Europa Press.
Así, los psicólogos voluntarios y los médicos que trabajan en las asociaciones no pueden hacer nada. Por eso, los grupos han empezado sesiones de terapia, dirigidas a alcohólicos, sus familiares y a aquellos que sufren otro tipo de adicción en general. Sin embargo, la falta de ayuda ha traído, además, otras consecuencias, y es que "se están detectando muchos infartos cerebrales, la mayoría de las veces producida por alcohol y cocaína", ha alertado Villanueva.
La Asociación Libres de Alcohol de Málaga celebra este domingo su segundo aniversario y ha afirmado que "se está consiguiendo" uno de los objetivos principales de Alama, que es atender al entorno familiar de los afectados: "una familia donde hay alcohólicos es una familia desestructurada, enferma", ha manifestado el presidente. "Eso es lo más frecuente ahora", ha indicado Villanueva, una situación que se ha visto motivada principalmente por "la moda" del botellón, que ha dado lugar a que la edad baje. Así, si antes un alcohólico "se hacía a lo largo de los años y resultaba a los 50 años", ahora "la forma de beber mucho en poco tiempo lleva a que recurran también a otros tipos de droga".
Además, a esta tendencia se une la crisis, que ha derivado en que algunos niveles de consumo de cocaína u otras sustancias estupefacientes se sustituyan por adicciones médico-ambientosas. "Se están utilizando mucho los fármacos para reducir la ansiedad", ha indicado el presidente de Alama, quien, en cuanto al consumo de alcohol, no ha destacado ninguna modificación significativa a causa de la situación financiera.
Fuente: Europa Press
Eso es lo que ha subrayado la Asociación Libres de Alcohol de Málaga (Alama). De hecho, sin el apoyo de los familiares, sólo un 10% de las mujeres se decide a solicitar ayuda. El restante 90% son varones pero eso "no quiere decir que la población femenina no sea mayor, el problema es que les cuesta mucho trabajo llegar a las asociaciones porque no cuentan con el apoyo familiar como ellos" ha subrayado el presidente de la asociación, Baldomero Villanueva, en declaraciones a Europa Press.
Así, los psicólogos voluntarios y los médicos que trabajan en las asociaciones no pueden hacer nada. Por eso, los grupos han empezado sesiones de terapia, dirigidas a alcohólicos, sus familiares y a aquellos que sufren otro tipo de adicción en general. Sin embargo, la falta de ayuda ha traído, además, otras consecuencias, y es que "se están detectando muchos infartos cerebrales, la mayoría de las veces producida por alcohol y cocaína", ha alertado Villanueva.
La Asociación Libres de Alcohol de Málaga celebra este domingo su segundo aniversario y ha afirmado que "se está consiguiendo" uno de los objetivos principales de Alama, que es atender al entorno familiar de los afectados: "una familia donde hay alcohólicos es una familia desestructurada, enferma", ha manifestado el presidente. "Eso es lo más frecuente ahora", ha indicado Villanueva, una situación que se ha visto motivada principalmente por "la moda" del botellón, que ha dado lugar a que la edad baje. Así, si antes un alcohólico "se hacía a lo largo de los años y resultaba a los 50 años", ahora "la forma de beber mucho en poco tiempo lleva a que recurran también a otros tipos de droga".
Además, a esta tendencia se une la crisis, que ha derivado en que algunos niveles de consumo de cocaína u otras sustancias estupefacientes se sustituyan por adicciones médico-ambientosas. "Se están utilizando mucho los fármacos para reducir la ansiedad", ha indicado el presidente de Alama, quien, en cuanto al consumo de alcohol, no ha destacado ninguna modificación significativa a causa de la situación financiera.
Fuente: Europa Press
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