La Policía brasileña investigará si un niño catalán de 6 años y origen etíope fue víctima de racismo en un restaurante de la ciudad de Sao Paulo, del que, al parecer, fue expulsado por ser negro, según informó ayer Efe. Los hechos ocurrieron el pasado viernes en una pizzería de la mayor ciudad brasileña y fueron denunciados ese mismo día por la madre del menor, una turista española de 42 años que se encontraba de vacaciones en Brasil con su marido y su hijo.
Según los padres del niño, que el lunes regresaron a Barcelona, donde residen, su hijo, de 6 años y adoptado en Etiopía, fue expulsado del restaurante Nonno Paulo, en el barrio de Vila Marina, por un empleado del establecimiento que inicialmente se identificó como el gerente. Al parecer, el menor fue confundido por su raza con un niño de la calle, los cuales habitualmente entran en la pizzería a pedir limosna.
La madre aseguró que el menor, que no habla portugués, estaba solo en la mesa mientras sus padres se servían en el bufé y que, tras no poder responder a lo que un empleado del restaurante le preguntaba, fue expulsado del local. Los padres dijeron que, tras reparar que el niño no estaba en la mesa, salieron a buscarlo y lo encontraron a casi una calle del restaurante llorando y muy asustado.
Publicado en el diario La Razón
Según los padres del niño, que el lunes regresaron a Barcelona, donde residen, su hijo, de 6 años y adoptado en Etiopía, fue expulsado del restaurante Nonno Paulo, en el barrio de Vila Marina, por un empleado del establecimiento que inicialmente se identificó como el gerente. Al parecer, el menor fue confundido por su raza con un niño de la calle, los cuales habitualmente entran en la pizzería a pedir limosna.
La madre aseguró que el menor, que no habla portugués, estaba solo en la mesa mientras sus padres se servían en el bufé y que, tras no poder responder a lo que un empleado del restaurante le preguntaba, fue expulsado del local. Los padres dijeron que, tras reparar que el niño no estaba en la mesa, salieron a buscarlo y lo encontraron a casi una calle del restaurante llorando y muy asustado.
Publicado en el diario La Razón
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