Binita Shresta, una joven nepalí de 23 años, viajaba rumbo a la India en compañía del conductor de un camión cuando tuvo la fortuna de tuvo la fortuna de ser retenida en la frontera por la policía. "Los agentes sospecharon del hombre, quien tenía la intención de vender a Binita una vez pasada la frontera, y me convencieron para presentar cargos contra él", comenta aún asustada Binita.
La joven había sido cedida en matrimonio por sus padres a la edad de 18 años, pero debido al problema que tenía su marido con el alcohol y los malos tratos que recibía de él, decidió separarse. La familia de Binita, como la gran mayoría en Nepal, no la aceptó en casa después de su separación, y ella tuvo que buscarse la vida en una cantina en la carretera que va de Nepal a India.
Allí conoció al camionero, que utilizando la habilidad propia de los traficantes de niños, había engatusado a Binita con la promesa de conseguirle un buen trabajo en India, donde podría ganar mucho dinero. "La ingenuidad y la precariedad de muchas mujeres abandonadas o en situación de extrema pobreza en Nepal, les hace presa fácil de los traficantes de personas, que saben perfectamente cómo ganarse la confianza de las niñas", comenta José Díaz, fundador de la ONG canaria Educanepal. "Se les promete trabajo, ropa, buena comida o un marido de buena familia. Luego, una vez solas y desprotegidas en un país que no conocen, son vendidas en circos, burdeles o fábricas donde son explotadas y amenazadas si no realizan la labor o los favores que se les piden".
Binita, en cambio, tuvo suerte. Tras su rescate, fue entregada a la organización Maiti Nepal, quien a su vez la refirió a la ONG Educanepal para su rehabilitación y reinserción en la sociedad. Hace dos semanas, la chica comenzó un curso de costura junto con otras once jóvenes en situación de vulnerabilidad. "Aquí no sólo aprendo a coser, también a leer, escribir, sumar y restar. Para mi es un sueño poder escribir mi nombre, pues nunca tuve la oportunidad de ir a un colegio", comenta Kanchi, de dieciséis años.
En el refugio de Educanepal las adolescentes también realizan talleres y actividades diarias, con el objetivo de que desarrollen su autoestima y aumenten la confianza en sí mismas. Una vez completado el curso de costura de seis meses, Educanepal ayuda a las chicas a encontrar trabajo. "Cuando termine el curso espero poder montar mi propio taller de costura y ganarme la vida haciendo vestidos. Ha sido una suerte para mi el poder vivir en el refugio de Educanepal y aprender no sólo a coser, sino también a convivir con los demás, a respetar y ser respetada", dice Binita.
Fuente: Educanepal
1 comentario:
José Luis, llevo este artículo a mi muro del facebook.
Un saludo.
Publicar un comentario