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viernes, 31 de octubre de 2008

Bruce Willis contra ’Mujercitas’

La enconada batalla por la igualdad de género que en la actualidad vive la sociedad, está indisolublemente unida a los estereotipos que han marcado, y aún hoy lo siguen haciendo, a hombres y mujeres. Así, frente a arquetipos masculinos como Bruce Willis, los toros, el heavy metal o la película Río Grande, encontramos otros con un claro componente femenino, como la anorexia, la baja por maternidad, el maquillaje o Mujercitas, la novela de Louisa May Alcott que marcó la juventud de muchas jóvenes y que ha sido llevada al cine en varias ocasiones. Estas son algunas de las reflexiones que expone el profesor José Arnay Puerta, del departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de La Laguna.

Arnay trata de desmontar el mito de la superioridad del hombre sobre la mujer, que a su juicio "viene marcado por aspectos culturales, históricos, sociales y religiosos". El docente de la ULL, que es miembro del equipo de investigación Poder, Saberes y Subjetividad (POSASU), reconoce que, pese a que se ha avanzado notablemente los últimos años, ese cambio del hombre es "lento, parcial y proviene en la mayor parte de las ocasiones del exterior del mundo masculino". En este sentido, José Arnay denota que incluso se puede hablar hoy día de una "crisis" de los hombres, debido a la "falta de capacidades y destrezas para adaptarse a los cambios producidos en el mundo de las mujeres". Además, añade el experto universitario, "el hombre nunca hace autocrítica, por lo que cualquier modificación en el mundo masculino será muy difícil que se produzca si no son los propios hombres quienes asumen el protagonismo".

La tarea, sin embargo, resulta complicada en una sociedad como la española, que está condicionada por su pasado histórico y por la influencia que ejercen la Iglesia Católica o determinados partidos políticos. De hecho, el profesor de la ULL se pregunta por la paradoja que se vive hoy día en nuestro país, donde por un lado se impulsa la igualdad de género; y por otro se sigue permitiendo que en los colegios se explique la figura bíblica de Eva como la causante del pecado original. "La nueva masculinidad es una idea desconocida para la gran mayoría de los hombres, que prefieren ignorar la necesidad de producir algún cambio en su estatus ancestral de homínido dominante, sobre el cual parece que no desean reflexionar en absoluto, o casi nada", asevera José Arnay, quien sostiene que "resulta sospechosa, para esa gran mayoría de hombres, que una nueva masculinidad deba ser consecuencia directa de diversas posiciones críticas de las mujeres: ¿los hombres deben cambiar porque han cambiado las mujeres?, ¿y por qué cambian las mujeres? Es decir, el macho prefiere ser ignorante de todo lo que sucede alrededor (de las mujeres), sabedor de que nada está cambiando sustancialmente, nada que deba sacarlo de su comodidad, servido además por unas prácticas en donde las propias mujeres han sido las grandes valedoras de su placentero encasillamiento", concluye Arnay.

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