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sábado, 19 de noviembre de 2011

El rapto de novias, un crimen sin castigo en Kirguizistán

La tradición del rapto de novias en Kirguizistán se ha convertido en un drama social en el que miles de jóvenes mujeres son cada año violadas, obligadas a perder la virginidad y a casarse contra su voluntad. "Buscan a las más guapas del pueblo, las raptan pasadas las 11 de la noche y a la mañana siguiente, tras el acto sexual, ya no son niñas, sino mujeres", afirmó hoy a Efe Tursunbek Akún, defensor del pueblo de la república centroasiática.


Akún considera que el rapto de novias no es una tradición cultural ni un rito, sino una práctica "salvaje y criminal", y un atentado contra la dignidad y los derechos de las mujeres, por lo que le ha declarado la guerra. "Pensábamos que era una práctica aislada en nuestro país, pero nos equivocamos. Realizamos un estudio y hemos descubierto que anualmente son raptadas unas 16.000 chicas. ¿Cómo puede existir algo así en el siglo XXI? Estamos escandalizados", dijo. El funcionario kirguí se propone lanzar una campaña informativa nacional para explicar a la sociedad la perversidad de esta práctica, que cuenta con la connivencia de las autoridades políticas y religiosas.

"La policía hace oídos sordos. Lo consideran algo normal, cuando más de la mitad de los matrimonios que nacen de un rapto acaban en divorcio y muchos niños se quedan huérfanos", denuncia Akún, quien cree que la tradición nace de la leyenda romántica kirguís al estilo de Romeo y Julieta sobre dos jóvenes en los años 30 del siglo XX que se amaban, pero sus padres desaprobaron su relación, por lo que huyeron juntos a las montañas.

"Algunos padres no saben qué hacer para proteger a sus hijas, pero otros son cómplices, ya que no se atreven a denunciar el rapto. ¿Qué elección tienen? Si el raptor rechaza después a su hija, nadie se querrá casar con ella, porque ya no es virgen", comenta. En el mejor de los casos, el joven raptor regala a los padres de la novia un caballo para que aprueben el matrimonio y satisfacer la pérdida, lo que no deja de ser una "humillación" para la familia.

"Se comportan como lobos. Perpetran los raptos de noche, porque no se oyen los gritos. Las jóvenes poco pueden hacer para resistirse", dijo. Al parecer, según los activistas, dos tercios de las novias que se casan en la república centroasiática vecina de China son mujeres que fueron raptadas, costumbre que ni siquiera las autoridades soviéticas pudieron erradicar durante más de 70 años en el poder.

En la mitad de esos casos de ala kachuu (rapta y corre), las mujeres se casaron contra su voluntad, mientras un 20-25 por ciento de las novias nunca habían visto antes a su futuro marido. Akún asegura que en el último año ha habido dos casos de suicidio: "Eran dos chicas de unos 20 años y buenas estudiantes universitarias. Eran tan infelices, que se ahorcaron. Según nuestros datos, en los últimos seis años se han suicidado unos 15 chicas".

"El artículo 155 del código penal castiga el forzar a una mujer a casarse con penas de 5 a 7 años de prisión, pero nadie es procesado. La legislación es demasiado liberal y amoral. Queremos modificar ese artículo para endurecer el castigo hasta los 15 años", dijo. La pobreza es uno de los motivos que explican la actitud de los progenitores de las chicas secuestradas, ya que una vez casadas estos no tienen que preocuparse más por su manutención. En el caso de las buenas estudiantes, los padres no pueden pagar a sus hijas los estudios universitarios, así que es mejor que se casen cuanto antes, más aún en tiempos de crisis económica.

Además, estas bodas salen muy baratas, ya que se trata de matrimonios casi secretos sancionados por el mulá local sin mediar banquete, y el divorcio también es harto sencillo, ya que basta con repetir tres veces la palabra talak (divorciarse en árabe). Según un estudio universitario, sólo un tercio de las mujeres que son raptadas se quedan a vivir con su secuestrador. "Cuando estudiaba tercero me raptaron para que me casara con un familiar de una compañera de clase. El rapto de novias es una tragedia para todos. ¿Cómo se puede casar una con alguien al que nunca ha visto?", asegura Cholpón, quien posteriormente se separó. En opinión de Akún, una de las razones que empujan a muchos hombres a recurrir a la fuerza para raptar a sus futuras esposas es la ausencia de condiciones y espacios de ocio para que los jóvenes se conozcan de manera natural.

El activista también critica la permisividad de la iglesia musulmana con esta clase de comportamientos amorales. Uno de los líderes musulmanes, Uzbek Chotonov, aseguró que el rapto de novias es la única forma de impedir que las mujeres se malacostumbren a vivir con sus padres. "Las chicas que tardan mucho en casarse se echan a perder, por lo que hay que obligarlas a casarse o simplemente raptarlas", propuso.

Autor: Ignacio Ortega (EFE)