Alrededor de 5.000 mujeres han sido asesinadas en México durante los últimos 10 años, según estimaciones de distintas expertas que hoy facilitó la abogada mexicana y miembro de la asociación Nuestras Hijas de Regreso a Casa, Carla Michel Salas. De dichos crímenes, el 10% corresponde a niñas entre 0 y cinco años, que además son víctimas de violencia sexual en la inmensa mayoría de casos. Así de tajante se mostró Salas durante el 4º congreso del Observatorio contra la violencia doméstica y de Género que desde este jueves se celebra en Madrid.
La cifra es muy similar en Guatemala, prosiguió, y agregó que en Nicaragua, la mitad de los homicidios a mujeres son cometidos por hombres que mantienen o mantuvieron relaciones de afectividad con sus víctimas. A su juicio, "la muerte no es democrática a la hora de su reparto entre mujeres y hombres", pues aunque mueren muchos más varones por causa violenta, las mujeres asesinadas lo son mayoritariamente en razón de su género y padecen una gran violencia (física, psicológica y sexual) antes y después del asesinato.
En muchos países de América Latina esto "es la regla, no la excepción", afirmó Salas, que desde hace tiempo trabaja por la tipificación del feminicidio dentro del Código Penal mexicano. De ahí que la sentencia condenatoria contra el estado de México por no prevenir el asesinato de tres jóvenes en Ciudad Juárez (el conocido como caso de Campo Algodonero que la propia Salas promovió) supusiera un "gran éxito", aunque la Corte Interamericana evitó pronunciarse con claridad, precisó la experta.
Según Salas, el 99% de los crímenes contra mujeres en América Latina nunca llega a ser investigado y sancionado. "Esto es justo lo contrario de lo que ocurre aquí (en España)", prosiguió, "donde el 99% son investigados", aseguró. Para la abogada, esta impunidad está detrás del "incremento alarmante de feminicidios en el subcontinente americano". "Los hombres mueren armados, en el transcurso de riñas o tiroteos; las mujeres, por contusiones, asfixia, cortes o quemadas", así que ni en eso "la muerte es igualitaria", concluyó Salas.
Fuente: Servimedia
La cifra es muy similar en Guatemala, prosiguió, y agregó que en Nicaragua, la mitad de los homicidios a mujeres son cometidos por hombres que mantienen o mantuvieron relaciones de afectividad con sus víctimas. A su juicio, "la muerte no es democrática a la hora de su reparto entre mujeres y hombres", pues aunque mueren muchos más varones por causa violenta, las mujeres asesinadas lo son mayoritariamente en razón de su género y padecen una gran violencia (física, psicológica y sexual) antes y después del asesinato.
En muchos países de América Latina esto "es la regla, no la excepción", afirmó Salas, que desde hace tiempo trabaja por la tipificación del feminicidio dentro del Código Penal mexicano. De ahí que la sentencia condenatoria contra el estado de México por no prevenir el asesinato de tres jóvenes en Ciudad Juárez (el conocido como caso de Campo Algodonero que la propia Salas promovió) supusiera un "gran éxito", aunque la Corte Interamericana evitó pronunciarse con claridad, precisó la experta.
Según Salas, el 99% de los crímenes contra mujeres en América Latina nunca llega a ser investigado y sancionado. "Esto es justo lo contrario de lo que ocurre aquí (en España)", prosiguió, "donde el 99% son investigados", aseguró. Para la abogada, esta impunidad está detrás del "incremento alarmante de feminicidios en el subcontinente americano". "Los hombres mueren armados, en el transcurso de riñas o tiroteos; las mujeres, por contusiones, asfixia, cortes o quemadas", así que ni en eso "la muerte es igualitaria", concluyó Salas.
Fuente: Servimedia
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