Los conflictos armados roban la posibilidad de educarse a 28 millones de niños en todo el mundo, al tiempo que los expone a ser víctimas de la violencia, agresiones sexuales y otros abusos, afirma la Unesco en su informe global 2011. El trabajo, que lleva por título 'La crisis escondida: conflictos armados y educación', advierte de que el mundo no está en camino de alcanzar en 2015 los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de la ONU relacionados con la educación.
Los avances logrados en la universalización de la educación primaria no evitarán que se incumplan los ODM "por un buen margen", particularmente en las regiones azotadas por los conflictos, según el estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). El trabajo apunta que el 42% de los menores en edad de cursar la educación primaria que no asisten a una escuela, unos 28 millones de niños, viven en países pobres afectados por los conflictos.
En general, según el informe, el número de niños por escolarizar, que sumaban 67 millones en 2008, se reduce a un ritmo demasiado lento para alcanzar la educación primaria universal que promueven los Objetivos del Milenio. La Unesco señala que las escuelas se convirtieron a menudo en un frente de combate en los 35 países que han sufrido un conflicto entre 1999 y 2008. Las aulas, los alumnos y los profesores son vistos como objetivos legítimos por algunos de los combatientes y son blanco directo de ataques, como los 613 que sufrieron las escuelas afganas sólo en 2009.
En el noroeste de Pakistán, los insurgentes perpetrado numerosos ataques contra las instituciones que enseñan a niñas, mientras que 220 escuelas en el norte de Yemen fueron destruidas, dañadas o saqueadas durante el conflicto entre el Gobierno y grupos rebeldes en 2009 y 2010, menciona el documento a modo de ejemplo.
Los menores tampoco se han librado del uso de la violencia sexual como arma de terror, particularmente en los conflictos más complicados de África, como el de la República Democrática del Congo (RDC), donde un tercio de las violaciones denunciadas tienen como víctimas a menores de edad. En la región oriental de este país, azotada por conflictos interminables, se calcula que el número de violaciones es 10 o 20 veces superior al de denuncias. "La violencia sexual tiene un efecto devastador en la educación: reduce el potencial de aprendizaje de la víctima, genera un temor que impide que las menores salgan de casa a la escuela y conduce al deterioro del ambiente familiar necesario para cultivar la educación", explica el trabajo.
Por otra parte, denuncia que los conflictos desvían fondos públicos de la educación al gasto militar, como demuestra el hecho de que 21 países inviertan más en armamento que en educación básica. Según la Unesco, si estos países redujeran en un 10% su presupuesto militar, otros 9,5 millones de menores tendrían acceso a la educación. Asimismo, recuerda que con el dinero que gastan los países ricos en defensa en sólo seis días se podrían recaudar los 16.000 millones de dólares necesarios para garantizar que se alcancen los seis ODM relacionados con la educación en 2015, a los que se comprometió la comunidad internacional en la Cumbre del Milenio de 2000.
El documento se hace eco de las denuncias de que las prioridades estratégicas de los países donantes han conducido a concentrar su atención en unos cuantos países, a costa de ignorar la situación en el resto de naciones con graves problemas de desarrollo. Así, las donaciones a la educación primaria en Afganistán se han quintuplicado en los últimos cinco años, mientras se han quedado estancadas en países igual donde la situación es igual de desesperada como Chad o la República Centroafricana, y declinado en países como Costa de Marfil.
Las poblaciones desplazadas por los conflictos también afrontan graves barreras para acceder a la educación, ya que el índice de escolaridad en los campamentos de refugiados de la ONU en el mundo árabe solo alcanza el 42%, mientras que en el sur y el oeste de Asia no pasan del 39%. "En este documento se detalla de manera descarnada la brutalidad de la violencia que padecen algunas de las personas más vulnerables del mundo, incluidos los escolares", expone en la introducción del informe el arzobispo sudafricano y Nobel de la Paz, Desmond Tutu. Junto al clérigo, los también Nobel de la Paz Oscar Arias, Shirin Ebadi y José Ramos Horta refrendan el contenido del trabajo de la Unesco.
Fuente: EFE
Foto: Abdula Rehman
Los avances logrados en la universalización de la educación primaria no evitarán que se incumplan los ODM "por un buen margen", particularmente en las regiones azotadas por los conflictos, según el estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). El trabajo apunta que el 42% de los menores en edad de cursar la educación primaria que no asisten a una escuela, unos 28 millones de niños, viven en países pobres afectados por los conflictos.
En general, según el informe, el número de niños por escolarizar, que sumaban 67 millones en 2008, se reduce a un ritmo demasiado lento para alcanzar la educación primaria universal que promueven los Objetivos del Milenio. La Unesco señala que las escuelas se convirtieron a menudo en un frente de combate en los 35 países que han sufrido un conflicto entre 1999 y 2008. Las aulas, los alumnos y los profesores son vistos como objetivos legítimos por algunos de los combatientes y son blanco directo de ataques, como los 613 que sufrieron las escuelas afganas sólo en 2009.
En el noroeste de Pakistán, los insurgentes perpetrado numerosos ataques contra las instituciones que enseñan a niñas, mientras que 220 escuelas en el norte de Yemen fueron destruidas, dañadas o saqueadas durante el conflicto entre el Gobierno y grupos rebeldes en 2009 y 2010, menciona el documento a modo de ejemplo.
Los menores tampoco se han librado del uso de la violencia sexual como arma de terror, particularmente en los conflictos más complicados de África, como el de la República Democrática del Congo (RDC), donde un tercio de las violaciones denunciadas tienen como víctimas a menores de edad. En la región oriental de este país, azotada por conflictos interminables, se calcula que el número de violaciones es 10 o 20 veces superior al de denuncias. "La violencia sexual tiene un efecto devastador en la educación: reduce el potencial de aprendizaje de la víctima, genera un temor que impide que las menores salgan de casa a la escuela y conduce al deterioro del ambiente familiar necesario para cultivar la educación", explica el trabajo.
Por otra parte, denuncia que los conflictos desvían fondos públicos de la educación al gasto militar, como demuestra el hecho de que 21 países inviertan más en armamento que en educación básica. Según la Unesco, si estos países redujeran en un 10% su presupuesto militar, otros 9,5 millones de menores tendrían acceso a la educación. Asimismo, recuerda que con el dinero que gastan los países ricos en defensa en sólo seis días se podrían recaudar los 16.000 millones de dólares necesarios para garantizar que se alcancen los seis ODM relacionados con la educación en 2015, a los que se comprometió la comunidad internacional en la Cumbre del Milenio de 2000.
El documento se hace eco de las denuncias de que las prioridades estratégicas de los países donantes han conducido a concentrar su atención en unos cuantos países, a costa de ignorar la situación en el resto de naciones con graves problemas de desarrollo. Así, las donaciones a la educación primaria en Afganistán se han quintuplicado en los últimos cinco años, mientras se han quedado estancadas en países igual donde la situación es igual de desesperada como Chad o la República Centroafricana, y declinado en países como Costa de Marfil.
Las poblaciones desplazadas por los conflictos también afrontan graves barreras para acceder a la educación, ya que el índice de escolaridad en los campamentos de refugiados de la ONU en el mundo árabe solo alcanza el 42%, mientras que en el sur y el oeste de Asia no pasan del 39%. "En este documento se detalla de manera descarnada la brutalidad de la violencia que padecen algunas de las personas más vulnerables del mundo, incluidos los escolares", expone en la introducción del informe el arzobispo sudafricano y Nobel de la Paz, Desmond Tutu. Junto al clérigo, los también Nobel de la Paz Oscar Arias, Shirin Ebadi y José Ramos Horta refrendan el contenido del trabajo de la Unesco.
Fuente: EFE
Foto: Abdula Rehman
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