La lujuria es un lujo al alcance de pocos. De común origen etimológico, ambos términos remiten a la exuberancia y al exceso, cuestiones que a su vez exigen esfuerzo y no me parece a mí que los calores veraniegos sean propicios a cualquier afán, aunque sea sexual. Sin embargo, algunas vacaciones y algún turismo se adornan con tan sugerente adjetivo para añadir un segmento más (sol y playa, cultural, gastronómico) a la industria turística. Jamaica, Tailandia, «romance travelling», «jineteras», son términos que aluden a este hecho que se presenta bajo la forma de prostitución o casi.
http://www.abcdesevilla.es/20100810/opinion-columnas/pecados-verano-lujura-201008092233.html
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