Un magrebí de 22 años que estaba recluido en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de la Zona Franca de Barcelona fue descubierto ayer por la mañana muerto en su habitación. Fuentes policiales explicaron que los funcionarios del cambio de turno descubrieron a las 6.45 horas de la mañana el cadáver del joven, Mohamed A., que se había ahorcado colgándose con una sábana de la rejilla de un dispositivo antiincendios que estaba instalado en el techo de su habitación.
El fallecimiento fue comunicado al juzgado número dos de Barcelona. Después de una inspección ocular por parte de la policía científica, se ordenó el levantamiento del cadáver. El joven, nacido en Tánger, estaba ingresado en el CIE de la Zona Franca a la espera de su expulsión a Marruecos desde el pasado 19 de abril. La policía consiguió localizar a un primo del fallecido, a quien se le entregaron sus efectos personales. Tras conocer el fallecimiento a través de las llamadas de otros inmigrantes internos en el CIE, la oenegé SOS Racisme emitió un comunicado en el que denunció que el joven fallecido «estaba en situación de aislamiento» y pidió «una investigación a fondo de lo sucedido». Fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Catalunya negaron rotundamente que el joven se encontrara aislado y destacaron que ese establecimiento no prevé dicha posibilidad.
Según esas fuentes, en el centro ni siquiera hay celdas, sino que las personas allí retenidas pueden entrar y salir de sus habitaciones. SOS Racisme aseguró que las personas que les informaron desde dentro del CIE denunciaron también «amenazas y agresiones por parte de los funcionarios que custodian el centro». La oenegé explicó que varios de los inmigrantes que se encuentran en el lugar han iniciado una huelga de hambre en protesta por su situación. En el comunicado, SOS Racisme insistió en denunciar que los extranjeros que se encuentran en el CIE «son personas a las que se priva de su libertad por no tener la documentación en regla».
Publicado en el diario El Periódico de Catalunya
Autor: A. Baquero
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