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miércoles, 7 de diciembre de 2011

Un australiano, condenado a 500 latigazos por blasfemar sobre Mahoma

Un hombre australiano nacido en Irán ha sido condenado a 500 latigazos y un año de cárcel en Arabia Saudí por un delito de blasfemia, según han informado este miércoles su familia y sus amigos, que han pedido que se anule el castigo. Mansor Almaribe, sentenciado este martes, había viajado al país para hacer el peregrinaje a La Meca, pero fue detenido en la ciudad de Medina hace tres semanas. "Por lo visto, lo oyeron maldiciendo a dos compañeros del profeta Mahoma. Al parecer, lo presenció al menos una persona, que después denunció al señor Almaribe", ha indicado Sharman Stone, miembro de la Cámara de Representantes australiana.

En el Islam, los compañeros o sahaba son aquellos que vieron o escucharon al profeta Mahoma siendo musulmanes y muriendo como musulmanes. Se estima que más de 110.000 personas son consideradas compañeras de Mahoma. El Gobierno de Australia ha emprendido una labor diplomática para pedir clemencia, mientras que la familia de Almaribe asegura que él no ha hecho nada malo. Uno de sus cinco hijos, Mohamed, ha declarado a la cadena de televisión ABC que "es una situación muy complicada" y que su padre se encuentra "muy mal" de salud.

"Tenemos que sacarle de allí antes de que le den los 500 latigazos, eso lo mataría", ha subrayado. Mohamed ha precisado que Mansor Almaribe tiene "problemas discales en la espalda y el cuello", además de "problemas auditivos y de corazón y diabetes", de manera que "ni siquiera sobreviviría a 50" latigazos. El Ministerio de Asuntos Exteriores australiano ha expresado en un comunicado la preocupación del Gobierno por el bienestar de Almaribe y ha señalado que el ministro, Kevin Rudd, mantiene el contacto con el embajador australiano en Arabia Saudí, quien va a pedir clemencia a las autoridades de este país.

Almaribe ha sido juzgado sin la presencia de un abogado defensor porque "era un gasto que la familia no se podía permitir" y decidió no recurrir la sentencia porque "le han avisado de que podría recibir una sentencia aún más dura", han confirmado fuentes oficiales cercanas al caso. La organización Amnistía Internacional (AI) ha dicho que no se sabe con certeza cómo se llevará a la práctica la sentencia de los latigazos. "Muchos de estos castigos se imponen en secreto, así que solo podemos tener pruebas de casos concretos en los que alguien ha sido flagelado, pero en esos casos probablemente no han sido 500 latigazos", ha explicado Katie Wood, una portavoz de AI.

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