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jueves, 20 de enero de 2011

La diplomacia y la crisis acaban con los cayucos

El año pasado no llegó a las costas españolas ni una sola embarcación con inmigrantes sin papeles procedente de Senegal, país del que, hace apenas unos años, salía la mayoría de estas rutas. En Canarias, la cifra de indocumentados detenidos en 2010 (196) es casi tan simbólica como la de 1997, "cuando nadie sabía lo que era un cayuco", según Alfredo Pérez Rubalcaba.

Del balance anual sobre la lucha contra la inmigración irregular que hizo ayer el vicepresidente y ministro del Interior se desprende que el fenómeno de los cayucos, que tan trágicamente marcó la década anterior, definitivamente ha pasado a mejor vida, después de varios años en continua caída. Pero no ha sido sólo la crisis, aseguró Rubalcaba, la responsable de que el número de inmigrantes interceptados en nuestras costas haya descendido un 50% en un año (de 7.285 a 3.632) y un 80% desde 2001 (las cifras más bajas de la década).

En una multitudinaria y triunfalista rueda de prensa, el ministro explicó que hay tres razones más que han contribuido a erradicar este fenómeno. La primera es la diplomacia, que provoca las "relaciones muy provechosas" que España tiene con Senegal, Mauritania, Marruecos, Argelia y Mali, principales exportadores de indocumentados. La segunda es el refuerzo de los medios de control de fronteras (hay radares del Sive hasta en Gerona y Pontevedra). La tercera es un aumento en un 60% de los policías destinados a la lucha contra la inmigración ilegal. Y la cuarta, indicó, es que los pocos cayucos y pateras que vienen son "más pequeños", por lo que traen menos sin papeles (338 embarcaciones con 3.632 inmigrantes en 2010 frente a las 413 lanchas con 7.285 pasajeros en 2009).

Pero no hay que olvidar que los cayucos son un sistema que utiliza apenas el 1% de los inmigrantes que trata de instalarse de forma irregular en España. La mayoría viene como en avión, como turistas, y luego se queda. Rubalcaba no dio datos claros de los que recurren a este modus operandi: sólo dijo que 9.453 personas fueron rechazadas en los puestos fronterizos, "básicamente puertos y aeropuertos". Son un 22% menos que las entradas denegadas en 2009. Tampoco detalló qué porcentaje de los detenidos en un año acaba siendo finalmente expulsado. Sí explicó que los policías se centran en expulsar a inmigrantes que están relacionados con delitos graves, a diferencia de lo que se hacía hace un par de años. Así, el 71% de los enviados de vuelta a casa en 2010 tenía antecedentes penales vinculados con terrorismo, bandas organizadas, malos tratos u otros delitos considerados graves.

Publicado en el diario El Mundo
Autor: Olga R. Sanmartín

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