El reloj marcaba las 16.53 de la tarde en Puerto Príncipe. La colorida capital caribeña iniciaba su bulliciosa actividad vespertina sin imaginar la tragedia que se avecinaba. Durante poco más de 40 segundos, la tierra descargó toda su ira sobre un país que, después de aquel día, difícilmente volverá a ser el mismo. Mañana se cumple un año del devastador terremoto que azotó Haití en enero de 2010, un seísmo de 7 grados en la escala de Richter que provocó cerca de 200.000 muertos y dejó sin hogar a un millón de personas.
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