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miércoles, 30 de enero de 2013

París, a la caza de los imanes radicales

El Gobierno de François Hollande ha abierto la veda de la caza al imam radical. Según anunció ayer el ministro del Interior, Manuel Valls, Francia expulsará en los próximos días a varios religiosos musulmanes de tendencia salafista y nacionalidad extranjera que predican la yihad. "El extremismo violento es una amenaza global", señaló Valls, quien destacó la importancia de "la prevención de la radicalización de los jóvenes" en Europa. También pidió a sus colegas de la UE "continuar colaborando en el plano antiterrorista", poniendo como ejemplo "los esfuerzos que ya se han realizado entre varios países, en los últimos años, en la lucha contra ETA".

Coinciden estas declaraciones con el Gobierno de París metido hasta el cuello en una guerra contra el terrorismo islámico en el norte de Mali, a la que habría que añadir los sangrientos episodios paralelos del secuestro de la refinería de gas de In Amenas (Argelia) y el fallido rescate de un agente francés en Bulo Marer (Somalia). El pueblo galo apoya la campaña militar contra AQMI y sus aliados en un 75%, según BVA, pero una gran mayoría teme igualmente que se produzcan atentados a medio plazo dentro de sus fronteras (64%, según CSA). En esas circunstancias y con el plan Vigipirate reforzado para evitar ataques en monumentos y espacios públicos, la expulsión de líderes espirituales extracomunitarios indeseables sería un paso más en lo que el miembro mejor valorado del Ejecutivo definió como "la prevención del proceso de radicalización y la lucha contra el yihadismo global".

Valls ya lo había advertido durante la inauguración de la Gran Mezquita de Estrasburgo: "Los que están en nuestro territorio para desafiar nuestras leyes, para socavar las bases de nuestra sociedad, no pueden de ningún modo quedarse". En esa misma línea, ayer evocó el caso de Mohamed Merah, el francotirador de Toulouse que mató a siete personas en 2011: "No era un lobo solitario, sino de un individuo que había recibido un aprendizaje minucioso. Antes de sus crímenes se desplazó a Afganistán y Pakistán, donde hizo contactos y recibió una rudimentaria formación armamentística". Como se recordará, semanas después de aquellos terribles atentados, ya ordenó la expulsión de cinco islamistas radicales extranjeros, entre ellos tres imames.

Publicado en el diario El Mundo
Autor: Juan Manuel Bellver

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